La escuela

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viernes, 22 de enero de 2016

¿Qué necesita un centro educativo para montar un proyecto educativo potente?

Jordi Martí Docente desconcertado que intenta encontrar su lugar en un mundo que no entiende. O que prefiere no entender.


No voy a hablar de metodologías ni, tan sólo de certezas a la hora de elaborar un proyecto educativo que garantice el éxito escolar. Voy, simplemente, a enumerar los requisitos imprescindibles para llevar a cabo un proyecto educativo potente en un centro educativo sin garantizar la posibilidad que teniendo los requisitos pueda llegar a implementarse dicho proyecto. Eso sí, lo que tengo claro es que sin los requisitos que voy a listar a continuación se pueda cambiar nada respecto a lo que lleva haciéndose siempre en un centro educativo.
Fuente: Frato
Fuente: Frato
El primer requisito -y quizás el más básico- es que el centro tenga un equipo directivo que quiera cambiar las cosas y empezar a trabajar de otra manera. Sin un equipo directivo con ganas de pringarse y ayudar/apoyar al profesorado que va a intervenir en dicho proyecto ya lo dejaríamos por imposible. Y, aunque no lo parezca, el apoyo del equipo directivo es clave. Mucho más que cualquier decisión individual de un docente o un pequeño grupo de docentes.
Disponer de un número de docentes para poder realizar un pilotaje de ese proyecto. No, no debemos establecer un proyecto educativo único en los centros de forma abrupta. Debemos, en un primer momento, contar con un determinado grupo de docentes que, en un determinado curso, decidan trabajar de otra manera. Es imprescindible que dichos docentes formen parte de la plantilla definitiva del centro o se sepa que puede contarse con ellos por un determinado lapso de tiempo porque, dejar al albur de docentes que acaban de llegar a los centros el pilotaje de ese proyecto educativo ya garantiza un rotundo fracaso del mismo (y no por falta de competencia de los “nuevos”, más bien por la necesidad de contar con un período de tiempo más prolongado que un curso escolar para ir expandiendo el proyecto en caso que sea un éxito).
Otra cuestión es el tema de la organización. Aquí entra, por suerte o desgracia, la habilidad del equipo directivo y la personalidad del inspector que tenga asignado ese centro. Se debe establecer un marco de trabajo (un proyecto en condiciones alejado del copia y pega habitual) en el que participe el equipo directivo y los docentes implicados en el proyecto con el beneplácito de inspección educativa. Sí, trabajar de otra manera con un proyecto potente puede implicar tener que vadear el currículum para ofrecer bloques de trabajo que, quizás, no estén suficientemente validados por una lectura preceptiva de la normativa vigente en cuanto a reparto horario de las asignaturas, distribuciones horarias y modelos de evaluación. Así pues debemos contar, para ese cambio, con el permiso y la colaboración de los servicios de inspección.
Queda claro que no podemos llegar a ningún planteamiento de un proyecto que implique el cambio “de lo de siempre” para un determinado grupo de alumnos sin contar con los padres. Padres que, en un proyecto educativo de este calado deberían tener representación en todas las deliberaciones que se tomen. Sí, un proyecto educativo potente debe contar con la participación activa de los padres. ¿Posibilidades? Obligar a que los padres participen en las reuniones de coordinación del proyecto delegando dicha participación en el padre/madre que se haya elegido que transmitirá las deliberaciones y los cambios que, sobre la marcha puedan darse en el proyecto -así como su evolución- al resto de padres de los alumnos que participen en él. Por cierto, en caso de ser la experiencia piloto se debe disponer de la posibilidad que los padres puedan optar libremente entre elegir para sus hijos el modelo de siempre o la participación, siempre voluntaria, en este nuevo proyecto.
Y, finalmente, aunque no menos importante, queda clara la necesidad de contar con unas infraestructuras adecuadas para el proyecto planteado. No hablamos de mayor o menor profusión de cachivaches tecnológicos (porque, un proyecto educativo, no tiene ninguna necesidad de ser un proyecto altamente tecnológico) pero sí de las herramientas, distribución de aulas y espacios de trabajo, necesarios para poder llevar ese pilotaje a cabo.
Ya habéis visto que en ningún momento he hablado de un desembarco global de un proyecto educativo de centro y sí de un pilotaje reducido. Ello es debido a que, quizás, no es tan maravilloso hacer un desembarco abrupto de proyectos de centro y sí una propuesta que, en caso de errores en su planteamiento y ejecución, puedan solucionarse los mismos antes de ser aplicado de forma global en el centro sin demasiadas complicaciones.
¿En verdad no contamos con los requisitos mínimos para llevar a cabo un pilotaje para cambiar las cosas en nuestros centros educativos? ¿Tan mal estamos para, como mínimo, no intentarlo? Yo, sinceramente, no quiero jubilarme -y aún me queda bastante para ello- sin participar en un proyecto educativo que permita hacer las cosas de otra manera y haga recuperar la ilusión de alumnos, docentes y padres en nuestro sistema educativo.

No se necesitan francotiradores, se necesitan proyectos educativos serios

Jordi Martí Docente desconcertado que intenta encontrar su lugar en un mundo que no entiende. O que prefiere no entender.

Para la mejora educativa en nuestros centros no necesitamos docentes “estrella” ni francotiradores de aula: necesitamos un proyecto educativo de centro que englobe a todo el profesorado y que obligue a trabajar de otra manera. Sí, he incorporado la palabra que tan poco me gusta como es la de OBLIGAR, por la necesidad perentoria que debe exigirse al profesorado de un determinado centro educativo para que trabaje de forma conjunta siguiendo un marco de trabajo claro, flexible y, a la vez, realista. Proyectos educativos de centro únicos, revisado su cumplimiento por parte de inspección educativa (sí, que se pringue de una vez y se moje viniendo a los centros para asesorar en su día a día en lugar de dedicarse a apagar fuegos y atosigar a los centros con papeleo de todo tipo) que hagan muy difícil a la minoría del profesorado de ese centro (sí, los proyectos deberían estar avalados por el Claustro) que no quiera sumarse al proyecto amparándose en aes, bes o ces, el seguir perteneciendo a la plantilla del mismo. No se trata de gestionar dedocráticamente al personal, se trata de hacer fácil el trabajo para aquellos que quieren tirar un proyecto adelante y hacer incómoda la presencia en ese centro de quienes no van a querer nunca hacer nada más que lo de siempre con el mínimo esfuerzo.
Cuando en ocasiones se me comenta la necesidad de tener buenos profesionales en las aulas creo que, por desgracia, siempre obvian el factor más importante: la necesidad de trabajar como colectivo. Sí, es mucho más fácil ir haciendo la guerra desde tu trinchera pero, sinceramente, creo que esa guerra individualista que algunos, con mayor o menor acierto están realizando, tiene demasiada poca afección sobre la mejora educativa del centro. Y, al final, por mucho francotirador que uno tenga y por bien que apunte, no tiene demasiado sentido en un contexto en el que, la única salida es el trabajo entre todos.
No me queda muy claro si, en algún momento, alguien se planteará hablar de cómo hacer las cosas en nuestros centros educativos. No me queda tampoco claro si lo que planteo es realista en contextos donde, por desgracia, sigue primando en más ocasiones de las que me gustaría el beneficio personal (mejor horario, más asignaturas de mi departamento, materiales prediseñados para no complicarse la vida, etc.) frente al beneficio común de la colectividad pero, lo que sí que tengo claro, es que seguir haciendo la lucha de forma individualista, sin contar con todos y sin el aporte del resto de la comunidad educativa es seguir haciendo lo mismo de siempre con los resultados habituales. Porque cambiar es muy complicado y, por desgracia, requiere mucho trabajo que, en ocasiones no se está dispuesto a hacer.
Creo que conviene ilusionar al personal y eso es algo complejo por el cambio de mentalidad que supondría empezar a hacer las cosas de otra manera cuando, seguro, que hay más de uno a los que le gusta hacer las cosas como se han hecho siempre con independencia de los resultados globales que se obtenga de lo anterior. Pero, que sea difícil, no implica que no pueda hacerse 

domingo, 17 de enero de 2016

Aprendizaje Cooperativo y Educación Inclusiva

1. Pere Pujolàs: Aprendizaje Cooperativo y Educación Inclusiva: Una forma pràctica de aprender juntos alumnos diferentes (Universidad de Vic. 2009) 


2009 ponencia-jornadas-antiguas-pere-pdf from Jesus Castro Cuenca


2.  EL PROGRAMA CA/AC (“Cooperar para Aprender / Aprender a Cooperar”) PARA ENSEÑAR A APRENDER EN EQUIPO Implementación del aprendizaje cooperativo en el aula Pere Pujolàs y José Ramón Lago (Coordinadores) Mila Naranjo, Olga Pedragosa, Gemma Riera, Jesús Soldevila, Glòria Olmos, Alba Torner y Carles Rodrigo Universidad de Vic Universidad de Vic. Laboratorio de Psicopedagogía. P. Pujolàs y J.R. Lago (Coordinadores) 


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3. Aulas inclusivas y aprendizaje cooperativo Pere Pujolàs Maset Universidad de Vic.


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4. EL APRENDIZAJE COOPERATIVO: ALGUNAS IDEAS PRÁCTICAS Pere Pujolàs Maset Universidad de Vic. Noviembre de 2003.


Ac algunasideaspracticas pujolas_21p from Jesus Castro Cuenca

Las ESCUELAS INCLUSIVAS y el APRENDIZAJE COOPERATIVO para el desarrollo de las COMPETENCIAS BÁSICAS

Manual de Aprendizaje Basado en Problemas. Un camino para aprender a aprender


15 PROPÓSITOS PARA INNOVAR Y… NO MORIR EN EL INTENTO

SOY UN SINVERGÜENZA EDUCATIVO. 15 PROPÓSITOS PARA INNOVAR Y… NO MORIR EN EL INTENTO de José Blas García Pérez

Me consta, hay muchos docentes que estáis cambiando vuestra forma de enfrentaros a la tarea diaria de enseñar. Y me consta que lo hacéis con el único propósito de mejorar los aprendizajes de vuestro alumnado.
Algo está cambiando. Cosas buenas están ocurriendo  en educación y poco a poco se está gestando una corriente de profesorado que ha salido de su “zona de confort docente” e idea  propuestas de mejora docente (casi) a diario.
Sí, a vosotros, maestros y maestras, que con vuestro trabajo aprendéis cada día y mejoráis la educación, quiero daros las gracias por haberme ayudado a comenzar el camino de la innovación.
Confieso que hubo aspectos que me retraían para lanzarme a iniciar esta senda y me hacían tener pensamientos del tipo “yo no soy de esos”, pero he descubierto que estos aspectos eran un error:
  • La irrupción vigorosa de las tecnologías de la información en los centros de enseñanza, a veces, me llevó a la creencia  errónea  de identificar innovación y uso de las TIC. Desde esta perspectiva siempre pensé que sólo innovaba el docente que era capaz de introducir las tecnologías de la información en sus clases. 
  • También erré al asociar innovación a grandes proyectos de cambio; ese tipo de cambio que causan gran impacto (incluso mediático) en su entorno. Viéndolo así me decía: sólo innova el grupo de docentes capaces de desarrollar grandes transformaciones en sus centros. Nunca me encontré con ellos.
  • Una tercera creencia errónea que me perseguía era identificarsólo como innovadores a aquellos docentes que eran capaces de transmitir excelentemente sus opiniones de forma variada y en diversos foros. Identificaba innovación y capacidad de comunicación. Y siempre me he visto mermado en este aspecto.
Ahora ya no tengo vergüenza. Conocí a otros muchos innovadores que me la quitaron. Ciertamente las tres formas que he mencionado de provocar cambios educativos en los entornos inmediatos y mediatos, son altamente innovadoras y dignas de reconocimiento. Pero no es menos cierto que hay cientos de docentes, casi anónimos, que realizan innovaciones domésticas y que con sus acciones están provocando un efecto mariposa que, me parece muy emocionante: pequeños aleteos que producirán un gran huracán. Me gusta esta forma de cambio, un cambio sereno  que podríamos denominar innovación boca a boca, o más propiamente dicho innovación aula a aula
Dejé de ser timorato. Me ayudó la RAE: Innovar significa “mudar o alterar algo, introduciendo novedades”. Me  tranquilizó. (Esta definición elimina presión a todos los que tenemos, o creemos tener, menor capacidad innovadora, pues indica claramente que para ser innovador sólo es necesario cambiar “algo”,  introducir una novedad en el aula). Respiré hondo. Me pareció que ser innovador era posible. Se trataba de esforzarme cada día (o de vez en cuando)  en hacer algo que no hacía antes, de llevar a cabo acciones educativas que nunca había implementado y que mucha gente que las hacía aseguraban que el aprendizaje de su alumnado mejoraba claramente. Me propuse cambiar y convertirme en un innovador sin vergüenza.
Hoy quiero compartir con vosotros  esta pequeña guía  de Propósitos para la innovación doméstica que me facilitó la introducción de cambios y mejoras en mis tareas docentes. Hoy soy más feliz con mi trabajo. Tengo la sensación de estar colaborando con un proceso de innovación global,un proceso de transformación  del mundo educativoque se contagia de docente a docente,  de aula a aula, de centro a centro.  
Obviamente no es necesario llevarlos todos a cabo. Se pueden elegir algunos. Probar, mezclar o priorizar. Decidir. Ampliar a otros. Crear nuevos. Se trata de ajustar, de manera serena, tu estilo de enseñanza y, al mismo tiempo, hacerlo coherente con tu visión de lo que es aprender. Sólo una advertencia: es adictivo.
Estos fueron, y son, los15 propósitos que me ayudan a ser innovador sin morir en el intento…y  que aconsejo:
  • Introduce algún pequeño cambio en los modos de agrupamientos de tu alumnado. Pasa del trabajo individual al trabajo grupal en alguna actividad.  Proponte la organización de pequeños grupos estables o esporádicos. Crea un juego para crear agrupamientos que sean heterogéneos y equilibrados. Déjales un poco de margen, pero vigila que en el grupo puedan haber “intercambios de ayuda”. Asigna roles al grupo y deja que los miembros de cada grupo se organicen. Facilita para ello un pequeño esquema de las responsabilidades de cada rol y anímales a diseñar insignias que les identifiquen. Pídeles que creen sus propias normas.
  • Planifica, de vez en cuando, actividades con interacción. Sabemos que la interacción es una de las claves de la enseñanza activa e innovadora. Es sencillo. Modifica tus actividades habituales  preparándolas para el trabajo en grupo. Busca y aplica dinámicas cooperativas sencillas. Hay cientos en la red. Crea o adapta alguna dinámica interactiva que obligue a cooperar. Acércate al Aprendizaje Cooperativo.
  • Sistematiza momentos de socialización rica en tu aula. Invita a “alguien de fuera” a venir e interactuar con tu alumnado (Diseña una actividad apropiada para ello, no lo dejes ala azar). Busca otros foros donde tus alumnos y alumnas actúen, intervengan, expongan o expliquen. Crea proyectos, tareas y/o actividades de Aprendizaje Servicio y obsequia a tu alumnado con la posibilidad de hacer algo por su comunidad.
  • Sobre todo interrógate. Reflexiona al finalizar la jornada lectiva sobre tu satisfacción con el desarrollo de las sesiones de clase. Verbaliza  o escribe si conseguiste que los alumnos aprendieran lo que te habías propuesto…y analiza lo ocurrido. Toma notas que te ayuden a reconocerlo y así poder cambiarlo. Sistematiza tu trabajo.
  • Crea evaluaciones sistémicas. Atrévete y pregunta  también al alumnado y a sus familias. Consúltales mediante cuestionarios sobre sus deseos, sus sueños, sus necesidades, sus intereses…y haz todo lo posible para que se puedan realizar en tus clases. Hazlos evaluadores de sus actividades y las de los compañeros. Implícales en la mejora que todos desean.
  • Proponte usar alguna herramienta TIC. Ve seguro. Comienza por herramientas simples y comunes. Aprende poco a poco y comprométete a utilizarlas  por lo menos en un par de ejercicios, actividades o tareas de manera continuada en tus programaciones quincenales. Comenta o consulta a compañeros. Busca tutoriales en la red. Verás que no es complejo.
  • Otorga protagonismo a tu alumnado. Dedica un tiempo  para que los alumnos y alumnas decidan sobre lo que quieren hacer, expresen lo que les interesa aprender o acuerden mejoras  personales o grupales. Verás cómo ese tiempo, lejos de ser perdido, sirve para la mejora exponencial de su implicación, ilusión y aprendizaje.
  • Interésate en conocer y observar a tus alumnos. Crea espacios en el aula para sus necesidades. Favorece el desarrollo de sus múltiples inteligencias. Asegúrate de no ofrecer una enseñanza estandarizada y plana, sino rica, flexible, variada y personalizada. Ofrece a cada uno lo que necesita; potencia lo que les gusta; magnifica en lo que sobresalen. Es sencillo. Hazlo como lo harías con tus hijos/as.
  • Aprende de otros y con otros. Observa lo que hacen otros compañeros y adapta a tu aula lo que te guste y ayude a tus alumnos. Establece lazos de colaboración con los compañeros a los que admiras. Busca alianzas internas y externas; próximas y lejanas. Observarás la cantidad de gente que aprecia el valor de tus aportaciones.
  • No dejes nada al azar. Piensa en la utilización de los tiempos de clase y provoca ejercicios que desarrollen el pensamiento sistemático. Empodera a tu alumnado utilizando rutinas y ejercitando métodos ya verificados (científico, histórico..).
  • Proponte utilizar pequeñas estrategias metodológicas que no habías utilizado antes (Aprendizaje Basado en Proyectos, Aprendizaje Cooperativo, Agrupamientos Flexibles, Rincones de Aprendizaje, Flipped Classroom…) y enriquece tu propia visión de la enseñanza. Amplia tu zona de desarrollo y lánzate a pequeñas aventuras. Disfruta del placer de enseñar lejos de corsés  y ataduras.
  • Participa en alguna actividad de formación informal en la que te interese profundizar. participa en encuentros docentes, charlas informales, una tertulia café para aprender,…busca la amistad en tus compañeros y compañeras. Esto te dará oportunidad de compartir con otros tus experiencias y formar parte de una comunidad de docentes que opinan como tú. También debes, al menos una vez al año, hacer formación formal. Busca en MOOC, en formación telemática del INTEF; propón un seminario en tu centro o, incluso inscríbete en un cuso de tu centro de profesores. Existen muchas opciones y oportunidades.
  • Elimina las clases dolorosas. Haz de tu clase un placer permanente y compártelo con tu alumnado. Date oportunidad para comprobar que los alumnos y alumnas son capaces de disfrutar y respetar. Es sencillo: Prepara alguna sorpresa por lo menos una vez a la semana; Proponte ser genial por lo menos una vez al mes; Busca historias emocionantes y llévalas a clase, por lo menos una vez al trimestre.
  • Publica, comenta, comparte tu satisfacción.  Atrévete a salir a foros, congresos. Crea un blog. Escribe en la bitácora de tu centro. Comenta escritos de otros. La satisfacción de sentirte comprendido es la mejor recompensa emocional a los pequeños esfuerzos diarios.
  • Por último. No tengas miedo a lo que opinen otros.  Ve lo bueno donde otros ven lo malo. El mundo cambia con ejemplos, no con opiniones o comentarios. No sufras. No luches. Evita la batalla doméstica, la presión “claustral”. Si no encuentras apoyo cercano, búscalo  más lejos. Recuerda que, a veces, los árboles no te dejan que puedas ver el bosque. Olvida los grandes cambios. Comienza poco a poco. Dale un respiro a tu seguridad y no te dejes contagiar por el  desánimo y la frustración que,  en ocasiones, nos rodea.
Esto no es extraordinario. Innovar no es diferente a lo que hacemos cada día en el aula. Sólo es necesario ponerle mucha ilusión, con unas pequeñas dosis de técnica y talento.
Vía: Ined21

Decálogo sobre participación

Decálogo sobre participación de Miguel Ángel Santos Guerra

Hace unos años publiqué en Homo Sapiens (Rosario) un libro titulado “Arte y parte. Desarrollar la democracia en la escuela”. Luego vio la luz en la Editorial Eduforma de Sevilla. Cuando se le niega a alguien el derecho a decir o a decidir en un asunto, se le advierte: “Aquí no tienes ni arte ni parte”. El título del libro pone de manifiesto mi postura sobre tan importante cuestión educativa.
La participación en los centros educativos es un fenómeno que ha de impregnar todas sus dimensiones estructurales y curriculares. Me refiero a la auténtica participación de todos los miembros de la comunidad educativa. Hay leyes que la promueven y otras que la coartan. Es el caso de la LOMCE, que la ha recortado. 
La participación se aprende, se ejercita, se perfecciona, se desarrolla, se enriquece. Pero también se puede atrofiar, cercenar, empobrecer… Está en nuestras manos. De hecho, con la misma legislación, con las mismas estructuras, con el mismo curriculum básico, podemos encontrar centros que la cultivan y otros que la recortan o destruyen. 
1. Hay que precisar qué se entiende por participación 
El lenguaje sirve para entendernos y también para confundirnos. El problema fundamental radica no en que no nos entendamos sino en creer que nos entendemos cuando utilizamos las mismas palabras. El alumno que aplaude a los jugadores del equipo colegial está “participando”. Pero no lo hace de la misma forma que los que compiten en el campo. El padre o la madre que acude al Consejo Escolar para votar lo que le ha “pedido” el Director está “participando”, pero no de la misma forma en que lo hace quien ejerce libremente el derecho a la palabra y al voto. El profesor que asiste a una reunión como un convidado de piedra está “participando”, pero no de la misma manera que quien la ha preparado y luego la dirige. ¿Se puede calificar todo tipo de acciones de auténtica participación? Claro que no. ¿Qué queremos decir cuando hablamos de verdadera participación en la escuela? He aquí una cuestión capital bajo la que se esconden muchas trampas. Participar exige dialogar, tomar parte activa, responsabilizarse y adoptar decisiones. 
2. La participación no es un regalo que hace quien tiene poder a quien no lo tiene 
Es preciso saber que la participación es un derecho y un deber. Nace ese derecho de nuestra condición de personas y de miembros de una comunidad. Nos equivocamos cuando pensamos que el poder participar es una concesión que se nos hace y no una exigencia que surge de la identidad ciudadana y comunitaria. No es cierto que mientras no tengamos responsabilidad no podemos participar. Más bien sucede lo contrario, que si no hay participación no podemos aprender a ser responsables. 
3. La participación está cargada de beneficios 
Cuando se participa se siente como propio lo que se hace, se produce un fenómeno de implicación, de motivación, de pertenencia. Muchos problemas de convivencia en los centros se solucionarían no aumentando la vigilancia, las amenazas y los castigos sino potenciando, profundizando y ampliando la participación. El que hace las normas está en mejor disposición para cumplirlas que aquel a quien se le imponen por la fuerza. Los beneficios de la participación tienen dos dimensiones: se beneficia quien participa y se beneficia la institución. 
4. Se puede (y se debe participar) en todos los ámbitos 
En un centro se puede (y se debe) participar en todas las dimensiones que atañen a su estructura y su funcionamiento. Se puede (y se debe) participar en el gobierno, en el diseño, desarrollo y evaluación del currículo, en la relación del centro con el entorno y, en definitiva, en la vida comunitaria. Cada estamento y cada persona tiene el deber de intervenir en todos los aspectos de la vida escolar. No es bueno que en una institución educativa unos piensen por todos, decidan por todos y se responsabilicen de todo. Porque los demás aprenderán a no pensar, a no decidir y a no responsabilizarse. 
5. Para que haya participación es preciso que existan estructuras que la hagan posible 
No basta con querer participar. Ni siquiera es suficiente saber hacerlo. Para que haya participación real es preciso que existan unas buenas estructuras que la hagan posible. De tiempo (¿cómo se puede participar si no hay momentos para hacerlo?), de espacio (¿cómo se puede participar si no hay lugares para hacerlo?), de condiciones (¿cómo se puede participar si no hay autonomía para poder decidir?). 
6. A participar se aprende participando 
No hay forma más eficaz de aprendizaje que la acción. Se aprende a montar en bicicleta subiéndose a ella y no leyendo y aprendiéndose de memoria el manual de instrucciones. Hay que ejercitarse en la participación. Habrá fallos, pero sólo cuando se practica se llegará a dominar la competencia. Nadie nace sabiendo hacer las cosas a la perfección. Hay que entrenarse. 
7. La cultura de la participación no se improvisa 
A veces nos pierde la impaciencia. No se puede plantar una semilla de manzano por la tarde y acudir a la mañana siguiente con una canasta para recoger las manzanas. Sería un error destruir la semilla porque no haya frutos. Hay que darle su tiempo. Los Consejos Escolares tienen limitaciones, pero hay que esperar a que vayan aprendiendo y mejorando. Lo cual supone exigencia. La semilla tiene que ser regada, abonada y protegida. No basta con dejarla estar. 
8. La participación es el eje de la convivencia 
Cuando la autoridad se convierte en poder no existe participación sino sumisión. Los centros escolares han de ser instituciones educativas, no coercitivas. Quien participa piensa, analiza, critica, decide e interviene, respeta, ayuda, colabora, se responsabiliza. Una escuela democrática es un buen escenario para la participación. Y el mejor camino para aprender a vivir en democracia. 
9. Hay muchas falacias en la participación 
No hay participación auténtica cuando está excesivamente formalizada porque sólo importa la dimensión superficial, el mecanismo legal, la dinámica de los votos, la ley de las mayorías. No hay participación auténtica cuando está recortada y limitada a los aspectos marginales e insustanciales. No hay participación auténtica cuando está domesticada y puesta al servicio del poder. No hay participación auténtica cuando está entendida como un campo intrascendente. 
10. Hay que superar los obstáculos que limitan y empobrecen la participación 
Existen graves obstáculos que anulan o frenan la participación: el pesimismo (“nunca lo haremos bien”), el fatalismo (“nosotros somos así”), la rutina (“lo haremos como siempre se ha hecho”), la comodidad (“pudiendo no hacer nada, ¿por qué vamos a hacer algo?”, el individualismo (“cada uno, a lo suyo”), la rigidez (“lo que hay que hacer es lo que hay que hacer”), el cansancio (“estoy harto de hacer esfuerzos”), el desamor (“no los soporto”), los fracasos (“ya viste lo que pasó”)… 
Terminar diciendo que hay obstáculos no es una invitación al desaliento sino al optimismo. Porque también de los obstáculos se puede aprender si somos inteligentes y estamos comprometidos a superarlos.

Organizando proyectos con herramientas de Google

Hace ya bastantes años que trabajo en el aula con proyectos (no entraremos ahora a discutir si son o no ABP) y hará cuatro que lo hago de manera transversal. De manera transversal o globalizada o interdisciplinar o… vaya, que cada uno le pone el nombre que quiere. Para entendernos, hace cuatro años que hago proyectos donde intervienen diferentes profesores de diferentes asignaturas. Y la verdad es que no es nada sencilla la coordinación entre todos si de lo que se trata es que los alumnos hagan un solo proyecto y no terminen haciendo pedazos en cada materia sobre un mismo tema.

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Las herramientas de Google apps me han ayudado en esta coordinación y, en este artículo, explicaré la manera en que actualmente los organizamos (aunque esta manera está en constante evolución). Sin querer dar lecciones de nada, creo que puede ser útil para coger ideas o para ver lo que no se debe hacer;-)

Por mucho que los alumnos tengan que hacer un producto final y se les explique en qué debe consistir, creo que es fundamental que en algún lugar los alumnos encuentren actividades que los guíen en este proceso. Aquí ya utilizamos la primera herramienta de Google.
Disseño del proyecto
Para diseñar el proyecto de forma cooperativa entre los profesores utilizamos Google Sites. Nos ponemos de acuerdo en cuál será el producto final que los alumnos deberán realizar, perfilamos las líneas maestras y creamos una Google Sites donde todos los profesores implicados son propietarios. Los profesores buscan y enlazan recursos, crean actividades competenciales, de reflexión, de búsqueda … y en todo momento ven lo que los otros profesores también están creando. En las reuniones semanales se va poniendo todo en común. Vamos, que se acaba haciendo de forma cooperativa la guía del proyecto que los alumnos seguirán. Os enlazo un par de estas Sites en las que he participado para que podáis ver ejemplos. No quieren ser ningún modelo de nada, simplemente lo comparto para ejemplificar la explicación. Eso sí, estan en catalán, ya que es la lengua en que trabajamos:
Documentos del proyecto
Una vez que el proyecto ha comenzado, es muy importante poder hacer un seguimiento de las tareas que va realizando cada alumno y cada grupo. Para ello utilizamos Google Docs. Cada alumno tiene su documento de trabajo individual, donde irá realizando las actividades individuales. Estas actividades son las que luego pondrá en común con el grupo y, tras valorar pros y contras y de explicarse sus ideas y conclusiones, llegarán a acuerdos.
En los alumnos más jóvenes (primero de ESO) y con menos experiencia en trabajo por proyectos, los profesores realizamos una plantilla del documento, y cada alumno se hace una copia y la comparte con todos los profesores. Aquí tenéis un ejemplo (también en catalán): ejemplo de plantilla individual (del proyecto Sistema Terra-Lluna-Sol). De la misma forma, también hacemos un documento de actividades de grupo, ejemplo de plantilla de grupo. El secretario de cada grupo de alumnos será el encarregado de rellenarlo.
Cuando el proyecto se está desarrollando, los profesores pueden consultar y comentar estos documentos a los alumnos, aportando ideas de mejora, haciendo preguntas… Cada grupo tiene asignado un profesor de referencia, que a pesar de que no entre en cada momento del proyecto a clase con ellos, sí sigue el trabajo que van realizando.
Cuestionarios
Cuando el proyecto tiene una cantidad importante de conceptos nuevos para los alumnos, es de gran utilidad utilizar cuestionarios a medio proyecto. Los alumnos buscan y aprenden, pero no siempre todos los alumnos acaban entendiendo todos los conceptos nuevos. Utilizar los formularios de Google con el complemento Flubaroo nos permite detectar de forma sencilla si la mayoría de alumnos está asimilando y aprendiendo los conceptos nuevos y, en su caso, intervenir para facilitarlo. No se trata de hacer exámenes, sino sólo de hacerles preguntas para que cada uno responda según lo aprendido (con apuntes, libros, ordenador y lo que haga falta).

Seguimiento del trabajo en classe

Para que un proyecto llegue a buen puerto, la motivación y el trabajo en clase es fundamental. Por tanto, cuando se evalúe el proyecto habrá que tener datos de este trabajo en clase. Como cada profesor sólo entra algunas horas, es difícil tener una visión global de este trabajo. Para ello utilizamos un libro de Google Sheets. Cada profesor, justo 5 minutos antes de terminar una sesión con los alumnos, indica en una hoja como ha trabajado cada alumno. Simplemente indica para cada alumno una letra: M (mal), R (regular, C (correcto) y B (bueno). Después se hace una conversión a un número. No es nada más que orientativo, pero así hay datos de fácil recolección y no hay que fiarse sólo de la memoria de los profesores.
Para facilitar la vida a los profesores, en la primera hoja los alumnos están ordenados por grupos (es más sencillo evaluar el trabajo mirando grupo por grupo) y el segundo alfabéticamente (para poder copiar y pegar fácilmente a otras hojas para hacer medias. Ejemplo de libro  de seguiment individual.

Evaluación del proyecto
Para evaluar el proyecto, acostumbramos a utilizar dos rúbricas. Una, para evaluar el producto final. Aprovechamos la platilla CoRubrics para que esta evaluación sea a dos bandas. Evalúan los profesores y también los compañeros. La segunda rúbrica que acostumbramos a utilizar es la de avalaució del trabajo cooperativo. También con el script CoRubrics, cada alumno evalúa sus compañeros de grupos.
CoRubrics también da una conversión numérica orientativa de la rúbrica, ordenada por orden alfabético, además de permitir comentarios tanto de profesores como de alumnos. Ejemplo de CoRubrics.
La evaluación del proyecto también tendrá en cuenta los documentos individuales y de grupo que han realizado los alumnos. Cada profesor es encargado de dos o tres grupos y corrige estos documentos. Pone comentarios a los documentos y llena el libro de Google Sheets con la puntuación de cada actividad. Ejemple de libre de puntuación de documentos individuales y de grupo.
De nuevo, el libro permite puntuar por grupos y da el resultado ordenado alfabéticamente, para que sea sencillo copiar y pegar.

Informe final del proyecto
A partir de las rúbricas, notas y comentarios, se realiza un informe de evaluación final de cada alumno. Primero se utiliza un último libro de cálculo, donde sólo se han de copiar y pegar las notas obtenidas anteriormente. Como en las rúbricas, en hojas de seguimiento de trabajo en el aula y en la hoja de evaluación de los documentos todas las notas están ordenadas alfabéticamente, haciendo copiar y pegar se puede obtener la nota final (dando un peso acordado en cada una de las tareas).
Aquí tenéis un ejemplo. Ejemplo de libro de cálculo de notas globales. Evidentemente, la hoja da sólo números y en una reunión de profesores se mira cada uno de los alumnos, se habla del trabajo que ha hecho, se miran las notas parciales y las rúbricas y se acuerda una nota final con comentarios. Es importante que los alumnos tengan un retorno de su trabajo y que sea más o menos detallado. En un proyecto hacen muchas tareas y es necesario que sepan que han hecho bien y qué pueden mejorar.
Por último, es necesario que tanto los alumnos como las familias puedan recibir este informe. Para ello utilizamos un complemento para las hojas de cálculo de Google llamado Autocrat. La misma hoja de cálculo de las notas globales nos permite crear un documento en Google docs para cada alumno, que compartimos con el mismo alumno y con su familia (ya que tenemos creado un usuario por familia). Además de las notas y los comentarios añadimos los resultados de las rúbricas (no numéricos). Ejemplo de informe de alumno.
No sé si parece muy complicado o no, pero la verdad es que a nosotros nos funciona bastante bien. Sin tener que hacer demasiadas cosas extrañas ni perder demasiado tiempo en cosas inútiles, acabamos teniendo unos proyectos hechos de manera colaborativa entre todos los profesores, que se desarrollan correctamente esté el profesor que esté en el aula y que se evalúan teniendo en cuenta mucho aspectos, tanto del proceso como del resultado final.

Cómo aplicar el aprendizaje basado en proyectos en diez pasos [Infografí

El aprendizaje basado en proyectos es una metodología que permite a los alumnos adquirir los conocimientos y competencias clave en el siglo XXI mediante la elaboración de proyectos que dan respuesta a problemas de la vida real.
Los alumnos se convierten en protagonistas de su propio aprendizaje y desarrollan su autonomía y responsabilidad, ya que son ellos los encargados de planificar, estructurar el trabajo y elaborar el producto para resolver la cuestión planteada. La labor del docente es guiarlos y apoyarlos a lo largo del proceso. Te mostramos cómo aplicar en diez pasos el aprendizaje basado en proyectos mediante un sencillo video tutorial.
APLICA EN DIEZ PASOS ESTA METODOLOGÍA
  1. 1. Selección del tema y planteamiento de la pregunta guía. Elige un tema ligado a la realidad de los alumnos que los motive a aprender y te permita desarrollar los objetivos cognitivos y competencialesdel cursoque buscas trabajar. Después, plantéales una pregunta guía abierta que te ayude a detectar sus conocimientos previos sobre el tema y les invite a pensar qué deben investigar u que estrategias deben poner en marcha para resolver la cuestión. Por ejemplo: ¿Cómo concienciarías a los habitantes de tu ciudad acerca de los hábitos saludables? ¿Qué campaña realizarías para dar a conocer a los turistas la historia de tu región? ¿Es posible la vida en Marte?
  2. 2. Formación de los equipos. Organiza grupos de tres o cuatro alumnos, para que haya diversidad de perfiles y cada uno desempeñe un rol.
  3. 3. Definición del producto o reto final. Establece el producto que deben desarrollar los alumnos en función de las competencias que quieras desarrollar. Puede tener distintos formatos: un folleto, una campaña, una presentación, una investigación científica, una maqueta… Te recomendamos que les proporciones una rúbrica donde figuren los objetivos cognitivos y competenciales que deben alcanzar, y los criterios para evaluarlos.
  4. 4. Planificación. Pídeles que presenten un plan de trabajo donde especifiquen las tareas previstas, los encargados de cada una y el calendario para realizarlas.
  5. 5. Investigación. Debes dar autonomía  a tus alumnos para que busquen, contrasten y analicen la información que necesitan para realizar el trabajo. Tú papel es orientarles y actuar como guía.
  6. 6. Análisis y la síntesis. Ha llegado el momento de que tus alumnos pongan en común la información recopilada, compartan sus ideas, debatan, elaboren hipótesis, estructuren la información y busquen entre todos la mejor respuesta a la pregunta inicial.
  7. 7. Elaboración del producto. En esta fase los estudiantes tendrán que aplicar lo aprendido a la realización de un producto que de respuesta a la cuestión planteada al principio. Anímales a dar rienda suelta a su creatividad.
  8. 8. Presentación del producto. Los alumnos deben exponer a sus compañeros lo que han aprendido y mostrar cómo han dado respuesta al problema inicial. Es importante que cuenten con un guion estructurado de la presentación, se expliquen de manera clara y apoyen la información con una gran variedad de recursos.
  9. 9. Respuesta colectiva a la pregunta inicial. Una vez concluidas las presentaciones de todos los grupos, reflexiona con tus alumnos sobre la experiencia e invítalos a buscar entre todos una respuesta colectiva a la pregunta inicial.
  10. 10. Evaluación y autoevaluación. Por último, evalúa el trabajo de tus alumnos mediante la rúbrica que les has proporcionado con anterioridad, y pídeles que se  autoevalúen. Les ayudará a desarrollar su espíritu de autocrítica y reflexionar sobre sus fallos o errores.

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Infografía: Cómo aplicar la gamificación en el aula







Cómo aplicar la gamificación en el aula | AulaPlaneta

13 aplicaciones imprescindibles para todo buen investigador

Si la actividad científica hace parte de tu rutina diaria, en tu teléfono móvil no puede faltar el siguiente listado de aplicaciones móviles
Aplicaciones imprescindibles para todo buen investigador.

El alcance de las aplicaciones móviles no se ha limitado únicamente a facilitar la actividad en campos como la educación o la oficina, sino que también logró conquistar áreas como la investigación científica. Éstas se han convertido en útiles recursos para tomar notas, conocer los últimos avances del cambio climático, hacer cálculos termodinámicos, etc. Si la actividad científica hace parte de tu rutina, en tu móvil no pueden faltar las siguientes aplicaciones.
1. WolphramAlpha
Si tus investigaciones tienen lugar en áreas como la Astrofísica, la Socioeconomía, la Geografía, la Historia, la Cultura, la Lógica, la Aritmética, la Cultura, la Música, la Medicina, etc., en esta aplicación encontrarás todas las respuestas a tus dudas o tus consultas. También dispone de una función para resolver problemas matemáticos y realizar gráficos. Actualmente se encuentra disponible para dispositivos con sistema operativo Android e iOS.
2. Periodic Table Droid
Quienes se desenvuelven en el campo de la Química agradecerán tener siempre consigo esta aplicación disponible para sistema Android que ofrece una completa tabla periódica virtual. Su función más interesante es la posibilidad de consultar una detallada descripción de los elementos: su estado, su punto de función, su electronegatividad, su configuración de electrones, entre otras informaciones.
3. Protocolpedia
Disponible tanto para Android como iOS, Protocolpedia reúne una amplia cantidad de protocolos de laboratorio organizado por categorías. La posibilidad de añadir tus propios protocolos es otra de las funciones más interesantes de esta aplicación.
4. RealCalc Scientific Calculator
La calculadora científica es una herramienta que nunca puede faltar al momento de hacer una investigación. Por esta razón, te acercamos esta aplicación, descargable tanto para Android como iOS, que reúne todas las funciones imprescindibles de este tipo de calculadora. Asimismo, dispone de una serie de funciones secundarias que te serán de mucha utilidad.
5. Earth Now
Si quieres estar actualizado con las últimas novedades sobre el cambio climático, esta aplicación desarrollada por la NASA es una de las mejores opciones. Una vez la descargues tendrás acceso a un esquema 3D de la tierra en el que encontrarás datos como la temperatura, el ozono, la gravedad, las variaciones del nivel del agua del amor, el dióxido de carbono, etc. Earth Now está disponible tanto para sistemas iOS como Android.
6. NASA App
También de la NASA es esta aplicación con la que podrás conocer los últimos hallazgos de la entidad. Disponible para Android e iOS ofrece servicio de streaming de la televisión de la NASA, noticias, información sobre las distintas misiones, entre otros recursos.
7. Essential Anatomy 3
Sus gráficos del cuerpo humano en 3D y la información detallada sobre sistemas como el esqueleto, los músculos, las venas, los nervios, etc., hacen de esta aplicación disponible para dispositivos con sistema operativo Android una excelente herramienta para quienes se desempeñan en el campo de la Medicina.
8. Arbolapp
Disponible tanto para Android como iOS, esta aplicación es perfecta para quienes disfrutan de reconocer árboles silvestres. También para los amantes de la naturaleza, les acercamos la aplicación FungiNote, la herramienta ideal para identificar hongor. Actualmente disponible para sistemas iOS.
9. Evernote
Considerada una de las mejores herramientas para tomar notas, Evernote no puede faltar entre las aplicaciones de tu móvil. Ten presente que los apuntes o notas son elemento esencial en cualquier investigación. Actualmente se puede descargar tanto para Android como para iOS.
10. Thermodynamics Calculator
Descargable tanto para sistemas Android como para iOS, esta aplicación contiene 44 calculadoras que te permitirán hacer cálculos de entropía, energía eficiente, número de Fourier, ciclo de Carnot, constante de radiación, entre otros parámetros propios de la termodinámica.
11. Amazing Science Facts
Para dispositivos con sistema Android se encuentra disponible esta aplicación que recopila un sinfín de curiosidades científicas, así como diversas novedades sobre distintos campos de la ciencia.
12. Science Quiz
Si entre investigación e investigación tienes un rato libre puedes aprovechar para poner a prueba tus conocimientos con esta aplicación de trivial científicas. Química, Física, Zoología o Botánica son algunas de las áreas del conocimiento que tendrás oportunidad de ejercitar. Actualmente está disponible para tanto sistemas Android como iOS.


Cómo obtener el texto transcrito de un vídeo en Youtube


Ver vídeos en Youtube para aprender un tema se ha convertido en una metodología efectiva, en donde el alumno puede seguir su propio ritmo de aprendizaje repitiendo la grabación tantas veces como necesite.

Es común que mientras uno sigue la explicación, vaya tomando algunos apuntes en una libreta o en el ordenador y en algunos casos incluso transcribiendo las palabras que va diciendo el presentador del vídeo. Este proceso de transcripción ayuda a la concentración y comprensión del tema, pero puede llevar una gran cantidad de tiempo si el vídeo es de larga duración.

En el próximo vídeo te muestro una opción alternativa y desconocida por muchos, para obtener una copia escrita del texto de un vídeo en Youtube.